Las
emociones generalmente no se comunican, se contagian. Pero he querido utilizar esta palabra
"comunicar" porque quiero
resaltar el carácter volitivo y consciente del acto, contagiar implica
involuntariedad. Siempre que
comunicamos, transmitimos emociones al mismo tiempo, casi siempre de forma
inconsciente. Están ligadas al mensaje como la tela de araña que envuelve a una
mosca atrapada en la red.
Pero yo quiero saber transmitir,
alegría, optimismo, energía, pasión, en una situación en concreto, cuando yo
quiero y que el receptor se vea embargado por las emociones y caiga cautivo por
mis encantos. -Pere, si
sabes hacer esto, en cuatro días te haces el rey del mundo. -Depende
para qué lo utilices. De todas formas, como siempre, la teoría es lo fácil, lo
difícil es la práctica. E importante, que el contexto te dé oportunidades. Lo cierto es que he tenido pocas
entrevistas de trabajo y tampoco me prodigo por discotecas y pubs últimamente. Nota: Ir en busca de oportunidades.
Hoy es
jueves, los miércoles, mis hijos tienen piscina, así que hoy por la mañana iban
algo cansados y cabizbajos al cole, en especial Pedrito de 6 años. No es muy matutino el muchacho.
Por el camino nos hemos encontrado a Martina, una compañera de clase, que sí
tenía ganas de jugar: A los dos minutos ya estaban los dos como leoncillos,
correteando, jugando, entre risas y arrumacos. Yo me sonreía mientras los
azuzaba para acudir al cole, al igual que el chico que acompañaba a Martina,
pero él, con cara de pocos amigos.
Primera
lección, las emociones que transmito tienen que estar en consonancia con la
situación y las expectativas del receptor o receptores. Seguramente en la expectativa de este chico, de "cómo se tiene que llevar un
niño al colegio" no entraba la idea
de que puede ir correteando y jugando, por lo que imposible que se le
contagiara del espíritu juguetón de los niños. El posible receptor
de la emoción, rechazará la misma y posiblemente se enfadará, si la considera fuera de contexto, incompatible
con los objetivos del momento, o desproporcionada
para la situación. Si
entramos en una habitación de un enfermo terminal, no pretendamos ser la
alegría de la huerta, al menos de momento...
Por lo
que la primera parte de nuestro objetivo va a ser un diagnóstico, un diagnóstico
emocional de la situación, tendremos que evaluar los diferentes componentes de
la situación comunicativa. Hay personas que esto lo realizan automáticamente,
su instinto les dice y les hace actuar como diapasones emocionales, se
impregnan de las emociones al momento. Todos tenemos esta capacidad en mayor o
menor nivel, pero en muchos casos es necesario activarla y entrenarla para
conseguirlo.
Para
activar nuestra capacidad de comprender emociones necesitamos en primer lugar
un compromiso, un compromiso ético. Tenemos que asumir que el receptor de nuestras emociones es un
ser emocional, que siente y no solamente que siente, sino que sus sentimientos
son honorables, positivos, que es digno
de compartirlos con nosotros. ¿Parece de Perogrullo verdad? Pues es el mayor
error que cometemos. Qué se lo cuenten a
Fray Bartolomé de las Casas, ¿Son los indios personas dignas? Que me lo cuenten a mí que me tuve
que empollar todo el proceso en la asignatura de antropología. ¿Los judíos? ¿Los inmigrantes? ¿los del
Madrid, los del Barça? ¿El enemigo? ¿Las
mujeres? ¿Las suegras? ¿Los niños? ¿Los perros, los gatos? Sí todos, menos mi vecino que es
el demonio en persona, va a por mí, me tiene, entre ceja y ceja. Lo que
sucede que algunos nos creemos el ombligo del mundo.
Según
nuestros prejuicios vamos a activar esta capacidad o no, también según la situación. -¡Sí, sí! A veces, no quiero comprender a mi hermano, solamente quiero
darle una metafórica puñalada, y que sufra...
También podemos manipular
el grado de conexión, el grado de empatía con el emisor de la emoción. Esto es
muy importante para mí y para mi profesión, debemos comprender la emoción pero
no dejarnos llevar por ella. En ocasiones, somos la parte fría, la que frena
ante emociones negativas, y en otras, la parte caliente, la que incita hacia
las emociones positivas. Sin perder nunca el objetivo de la comunicación.
Para comunicarnos emocionalmente debemos partir de un compromiso ético de
respeto y dignidad entre los actores de la comunicación, de lo contrario es
imposible conectar y comprender las emociones del otro. Es abrir el canal de
comunicación para que el código pueda llegar y ser interpretado.
Parece
que el tema tiene tela que cortar, la semana que viene continúo con el
diagnóstico emocional, saludos y suerte.
Recordad, si os ha gustado
compartid.
Aquí la segunda parte: Comunicando Emociones 2
Aquí la tercera parte: Comunicando Emociones en la entrevista de trabajo.
Aquí la segunda parte: Comunicando Emociones 2
Aquí la tercera parte: Comunicando Emociones en la entrevista de trabajo.
El enigma de la foto:
Esta es la foto de la
semana pasada, ante todo muchas gracias a todos los participantes en la
interpretación de la misma. La mayoría ha dado respuestas, relacionadas a un
muro, a un obstáculo a superar, al esfuerzo para conseguirlo. Sin duda alguna
una buena interpretación, no hay ninguna más válida que otra, ahí va la mía:
La
imagen son las montañas que rodean las hoces del río Turia a la altura de
Chulilla. Os recomiendo una excursión senderista por estos parajes.
Es una
metáfora temporal, de cambio. Parece que no, pero el paisaje es dinámico,
cambia, se va erosionando, el rio Turia, la lluvia, el viento, ha cambiado la
orografía del terreno. La tierra es nuestra personalidad, partes más duras se
mantienen como fortalezas inexpugnables a lo largo del tiempo, nuestro
temperamento, mientras la arena, la grava cae ladera abajo dejándose arrastrar
por las aguas del rio, por las lluvias, por el viento. Los acontecimientos vitales que nos moldean.
Muchas gracias por participar, ¿Os atrevéis con la de esta semana?
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