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martes, 6 de septiembre de 2016

El secreto de la vida, el éxito, el fracaso y todo lo demás... Una historia real.

                Era una mañana fresca de agosto en el valle del Ebro, el cierzo soplaba y atenuaba los cálidos rayos del sol que se mezclaban con el viento como hebras de helados de diferentes sabores. Ocurre pocas veces en el verano, pero cuando sucede son días muy agradables, que te hacen sentir la piel y el mundo, son días que te llenan de energía y de gracias por mitigar el tórrido verano.

                Mi padre apareció en la terraza gritando para alertar a sus nietos. Llevaba unos días con la idea de enseñarles a pescar cangrejos de río, por si se pierde este arte milenario. -¡Traigo los reteles y el cebo, poneos ropa vieja, que nos vamos a pescar cangrejos! Ana, Pedrito y Carlos, salieron de casa alborotados y se lanzaron curiosos a ver los aparejos de pesca. Mi padre con una sonrisa satisfecha, les enseñó el mecanismo de los reteles y abriendo una bolsa, les mostró, lo que utilizaríamos como cebo: Una pequeña pata de lechón, de cerdito, que había muerto esta noche en la granja de mis tíos, posiblemente aplastado por su madre. - ¡Lástima, con lo bueno que estaría con unas pataticas y verduras al horno!

cuento el secreto de la vida

                Montamos los cinco en mi coche, que es mejor para andar por caminos, remontando el curso del río Guadalope, llegamos hasta La Balsa de los Comunes, lugar donde últimamente los cangrejos se han reproducido como una plaga, pese a ser coto de caza conocido por todo el pueblo.

                Es una laguna artificial, una presa cierra un pequeño valle, donde se acumula el agua que se utiliza para el riego. El agua fresca, turquesa, cristalina, deja ver a algunos cangrejos en el fondo. Rodeada de chopos y olivos centenarios, es un lugar hermoso para pasar una tarde de campo.  -Lástima que hoy venimos de pesca, otro día vendremos a darnos un baño, les digo a los niños, y todos gritando, vitorean mi idea.  Los cangrejos, asustados, con un golpe de cola, huyen como el rayo. - ¡Shhhh, Silencio que se asustan! Se enojó el abuelo.


                Plantamos los reteles, son unas pequeñas redes en forma de cilindro que cuando están en el suelo se pliegan y se quedan totalmente planas, con el cebo; un trocito de carne en el centro del círculo, los cangrejos se aproximan a comer y cuando hay tres o cuatro cangrejos en el radio del aparejo se tira de una cuerda con la ayuda de un palo, que levanta las paredes de la trampa y quedan atrapados.  Hay  que aproximarse con sigilo para que los bichos no te descubran y huyan.

                Los cangrejos rojos americanos son seres feroces, han eliminado totalmente al cangrejo de rio autóctono y muchos están mutilados por sus continuas peleas. Mi sobrino Carlos, se guardó dos, en un bote de cristal, para llevárselos a Zaragoza, qué paciencia tenemos los padres, y al rato uno de ellos había matado al otro y se lo estaba comiendo.  -No es su culpa, es la necesidad de vivir.

                Llevábamos un cubo grande de pintura blanco, vacío, donde íbamos encerrando a nuestras presas. Yo los observaba, en el momento de caer en el cubo. Los cangrejos se ponían en posición agresiva, levantando sus pinzas y todo el cuerpo, mostrando sus pinzas, armas mortíferas. Daban miedo, me recordaban a los monstruos de Starship Troopers, menos mal que éstos sólo tienen unos centímetros. Dentro del cubo había unos veinte o treinta cangrejos, a Pedrito, se le ocurrió la empática idea, de darles de comer, para que no sufrieran de aquí a la cazuela y les echó un trozo de carne.

                Estaba yo pensando en el futuro que les esperaba una vez dentro del cubo, pensando que ninguno de ellos tenía la mínima oportunidad de sobrevivir, cuando vi el trozo de cebo en el fondo, pensando que lo necesitaríamos para el próximo retel, lo cogí para sacarlo, pero un cangrejo que estaba al lado pinzó mi dedo meñique, retiré la mano rápido y el cangrejo salió volando, hizo una parábola en el aire, cual campeón olímpico y cayendo al agua, de un coletazo, desapareció sumergido. ¡Se había salvado! ¡Increíble! ¡El único que volvió a su vida, a su paraíso! 

                Seguramente, "el elegido", después de esta experiencia, descubrió el secreto de la vida, del éxito, se hizo gurú, coach, asesor de lo que hay que hacer, sentir y pensar, o algo parecido, escribió varios libros, y se ganó la vida dando charlas en todos los embalses del mundo, vendiendo su método.

                 -No es su culpa, es la necesidad de vivir. -¿No es su culpa, es la necesidad de vivir?

                Espero que les haya gustado esta pequeña historia, si es así, estaré muy agradecido si la compartís. Recordad que cualquier comentario o idea será bienvenido, aquí en el blog o conectad conmigo en las principales redes, un abrazo a todos y feliz vuelta del verano.


El enigma de la foto.

                Este es un juego que os propongo con cada post, cada artículo tiene una foto (la primera de todas) y os pido una interpretación,  la que se os ocurra, nada está bien o mal, nada es correcto ni incorrecto, y en el siguiente artículo os cuento por qué razón la he puesto y cuál es mi interpretación. Esta es la foto del artículo anterior:  Si el mundo se paraliza y tu quieres avanzar...

El misterio, el sentido, el secreto de la vida.

                En la fotografía vemos a un hombre colgado en el abismo, agarrado con una sola mano a la realidad, es imprescindible, estar agarrado, conectado, adaptado a nuestro entorno, a nuestro mundo, a la realidad de los Otros. Comprender el contexto es la única forma de conocer sus necesidades y adaptarnos a las mismas. La única forma de vender y poder trabajar para los demás, que es la única forma de trabajo.

                ¿Qué os sugiere la foto de esta semana? Una esfera hecha de naipes.

                Muchos retos y mucha suerte.


¿Os puedo ayudar en algo? Aquí mis servicios:

jueves, 12 de febrero de 2015

Una tarde en la piscina.

                Hoy os voy a contar una pequeña historia que nos ha ocurrido con mi hijo de cinco años y  sus clases de natación. ¡Madre mía, si da de sí esto de los hijos!

                Hace dos semanas, como cada miércoles acompañamos a nuestros hijos a natación. Cómo ese día había poca gente aprovecharon  y en lugar de nadar la distancia de media piscina, cómo hacen habitualmente, recorrían la piscina entera. Con tan mala suerte, que por la noche, el pequeño, se quejaba de una leve contractura en la pierna derecha, le di un masaje y se durmió plácidamente, sin mayor complicación. A la semana siguiente no fuimos a natación, porque hacía un frío de perros y nos dimos el lujo de descansar en casa.


                ¿Qué ha sucedido este miércoles? Pues que Pedrito, me decía que nadara mi tía la del pueblo, cogió un berrinche de los gordos, entre mocos y sollozos logré ponerle el bañador, intentando animarle para que probara de nuevo, prometiéndole que esta vez no le dolería la pierna, mil un sobornos y chantajes... Me acerqué a hablar con el profesor, con mi pesar de padre y contarle la situación.  El profesor intentó razonar con Pedrito que se escondía entre mis piernas, lo cogió de la mano, se aproximaron al borde del agua mientras lo intentaba convencer, pero Pedrito no entraba en razón. Lo cogió en vilo y arrojó al agua y Pedrito, como no tenía otra, salió nadando.
   
                Cómo padre se me encogió el corazón, pero también como padre sé que fue lo mejor para él... ya os contaré cómo va la semana que viene, de momento salió "medio contento del agua", según sus palabras, así que con su mente matemática, me propuso: "Ir a natación un miércoles sí y otro no".

                 Cuándo somos niños tenemos a padres y profesores, que si son buenos, nos tienen que retar, nos tienen que animar a poner a prueba nuestras capacidades, si no, se oxidan. Cuando somos adolescentes, tenemos nuestro grupo de iguales, la chica que nos gusta, nuestros amigos, nos empujan a hacer algunas "locuras" y cuando  somos adultos nuestro trabajo, nuestros jefes, nuestros clientes, nuestros hijos,  nos "obligan" a superarnos.

                -¿Qué nos sucede cuando no tenemos a nadie que nos arroje en medio de la piscina?

                -La respuesta es fácil: -Tienes que ser tú quien lo haga, sed valientes. Sí, pero siempre con flotador.

                Una semana más, muchas gracias por vuestra atención, cualquier comentario será bien recibido, aquí en el blog o conectad conmigo en las redes.

 El enigma de la foto.

                Este es un juego que os propongo cada semana, cada artículo tiene una foto y os pido una interpretación, (a responder durante la semana)  la que se os ocurra, nada está bien o mal, nada es incorrecto, a la semana siguiente os cuento por qué razón la he puesto en el artículo, esta es la foto de la semana anterior: ¿Te sientes orgulloso de tu búsqueda de empleo?


                En la fotografía vemos una hermosa coliflor, un icono del pensamiento sistémico, es uno de los fractales más evidentes y bellos de la naturaleza. Un fractal tiene la peculiaridad de ser una construcción que es creada por una estructura muy simple, que se va repitiendo y creciendo, cada uno de los grumitos más pequeños tiene la misma estructura que la coliflor entera.

                En el artículo realizamos una reestructuración cognitiva, para poner en valor la búsqueda de empleo. - ¿Cómo lo hacemos? Cambiando nuestro punto de vista, pasando de un punto microscópico; encontrar un trabajo, a un punto de vista macroscópico; contextualizando las tareas de búsqueda dentro de la gestión de carrera a lo largo de toda la vida profesional. Igual que para comprender estructura de la coliflor, tenemos que cambiar el punto de vista micro-macro.



¿Qué os sugiere la foto de esta semana? Un paso de cebra.

miércoles, 19 de junio de 2013

La princesa.

          Erase una vez, en un país muy lejano, una princesa, en su dormitorio, en un palacio, en un reino, en un amanecer maravilloso y terrible. La princesa cumplía hoy 18 años y amaneció triste...


          Toda la corte estaba consternada, ¿Que le sucede a la princesa? ¿Qué quiere? ¿Qué necesita? Todos le preguntaban. Pero la princesa solamente suspiraba, perdía la vista en el horizonte y languidecía de tristeza.
El rey mandó traer maravillosas telas de oriente, valiosas joyas de occidente. Incluso a una selección de los mejores mozos del reino (se comentaba que uno jugaba muy bien al balonmano y era muy listo, o eso se creía el). Pero nada surtía efecto, la princesa seguía sumida en la más absoluta y silenciosa tristeza.

          Un carromato entró tirado por un par de bueyes en la plaza, seguido por una colla de personajes de lo más variopinto, bailando  y haciendo piruetas, al ritmo de música de juglares. La dulzaina, panderos y tambores amenizaban la fiesta, mientras la chiquillada del pueblo los seguía alborotada. Un orondo personaje con casaca roja subió al tejado de la carroza, de pronto... silencio.

          -"Señoras y señores, con todos ustedes el Circus Máximus, venidos desde los diferentes confines del mundo, tenemos a los más increíbles artistas de todos los tiempos. Desde La Italia, los saltimbanquis; hermanos Saglieri. Desde lo más profundo de la India; el faquir Mandal. Los payasos Popo y León nacidos en la huerta de Valmuel. Y nuestra actuación estelar; el mentalista más poderoso de la tierra, el lector de mentes del que ningún secreto escapa, venido desde los Cárpatos:  ¡Doctor Zarco!".
          Se abrió un telón tras el que apareció un figura enjuta cubierta con una capa oscura y mirada penetrante.

          La noticia llegó a oídos del Rey, inmediatamente ordenó que la primera actuación se realizara en palacio, para ver si podía disipar la silenciosa tristeza de su hija.

          Estaba todo preparado, la Reina y el Rey ocupaban sendos tronos en la sala del mismo nombre y la princesa otro más pequeño a la derecha de su padre, donde se derretía producto de su pesar. Comenzó la actuación, los artistas conocían el objetivo de la misma, el Rey les había ofrecido una cuantiosa recompensa si conseguían hacer olvidar sus penas a la muchacha. Se esforzaron al máximo, pero uno tras otro  contemplaban desolados, como no hacían ningún efecto.

          Hasta que llegó el momento del Gran Zarco. Embozado tras la capa miraba inquisitivamente en la profundidad de los ojos la doncella. Permaneció así durante dos largos minutos escrutando sus pensamientos. Transcurrido el tiempo metió la mano derecha entre los pliegues de si capa y sacó un pequeño pajarito amarillo, lo depositó en la mano de la muchacha y al momento se puso a cantar. Dos lágrimas se deslizaban por sus mejillas y una sonrisa deslumbrante iluminó su rostro. La alegría había vuelto tanto a la niña como a toda la corte; que por fin descansaba tras tantos desvelos.

Moraleja: ¿Eres una princesa?
                Entonces, si quieres un pajarito amarillo, dilo. ¡COJONES!

          Si te gusta el vecino de enfrente díselo.
          Si quieres salir con los amigos díselo.
          Si quieres que tu marido planche la ropa díselo.
          Si buscas trabajo díselo a todo el mundo.

               Si no decimos lo que queremos, nadie va a venir a leernos la mente.


viernes, 1 de marzo de 2013

La gallina, el mono, el pavo y el conejo.


                Sábado noche, discoteca Currícula Fashion Week

                La gallina Luisa estaba impresionante esta noche, unas pechugas.., unas patas..., que quitaban el aliento a todo el que se fijaba en ella. Pero no estaba de humor, se encontraba insípida, aburrida, sin ganas de nada y se entretenía mirando el ambiente, sin ver nada.

                El mono Tobías ya salía por la puerta con una gorrinita sin muchas caderas pero con alguna copa. Su sueño era "trabajarse" a la gallina Luisa y le había preguntado si le apetecía dar una vuelta. La gallina ni se había dignado a mirarle. Porque, esa es la técnica de Tobías PREGUNTAR; había preguntado a todas las chicas del garito hasta que una había aceptado. No es mala técnica y Tobías estaba contento, tenía su fameja de ligón y cubiertas sus necesidades.

                De pronto, para la música, paran las conversaciones, iba a comenzar la canción del momento, el número uno; todos los pavos ocuparon la pista, Julián sabía que iba a estar estupendo, tenía fuerza, confianza y una cola de colores que embelesaba a quien la miraba, tenía talento. Comenzó a sonar, Curriculum 3.0 Revival, todos gritaron, comenzaron a contonearse, a desplegar sus colas con movimientos sensuales, las feromonas flotaban en el ambiente como el humo de los cigarrillos. Julián lo estaba haciendo bien, muy bien y de vez en cuando echaba miradas de complicidad a Luisa. Pero Luisa no estaba por la labor y ni se daba cuenta del espectáculo que le estaban brindando.

                Cuando terminó la canción Julián estaba sudando, se había esforzado y estaba orgulloso de su trabajo. Se le acercó una morena, bajita, que no estaba mal... y se fue con ella tan contento. Eso sí, Luisa ni p. caso.

                Luisa se levantó y fue al servicio, cuando salió de la zona de baile, de repente sintió un fuego interior, la sangre le hervía, el corazón le golpeaba la entrepierna. En eso, que vio a un conejito que pasaba por allí, lo cogió, se lo cepilló en el baño y lo nombro director general de algo...

                Todos los demás, los que no preguntan, los que no se pavonean, están apoyados en la barra del bar tomando su enésima copa y criticando y envidiando; a Julián, a Tobías, a Luisa y al conejo, que nadie sabe cómo se llama...