miércoles, 26 de junio de 2013

Inteligencia Actitudinal.

                Actitud.
                Se define Actitud como la predisposición  aprendida a responder de un modo consistente (positiva o negativamente) ante un objeto social, puede ser una idea, una persona o cualquier producto de la actividad humana. Por ejemplo: la actitud es el optimismo, o el pesimismo, y el objeto que la desencadena son las expectativas ante el futuro. No olvidar que entre uno y otro (optimismo y pesimismo) hay todo un continuo, toda una escala de grises.



La actitud tiene tres componentes:

                -Pensamientos, o cogniciones. Se trata de todos los pensamientos  y creencias asociadas a determinada actitud.

                -Componente emocional. La emoción desencadenada por el objeto social, puede ser a favor o en contra y variar en intensidad, más fuerte o más débil.

                -Conducta. Es la variable observable de la actitud, es decir, como actúa la persona ante el objeto. La conducta está mediatizada por la situación, muchas veces la presión social nos impide o facilita la expresión conductual de nuestras actitudes. Imaginemos estar en una playa nudista o al contrario.

                Señalar, que las actitudes tienen una parte consciente y una parte inconsciente, que algunas son totalmente conscientes y otras inconscientes en su totalidad: Producto de la automatización de procesos de aprendizaje y de la interiorización, de creencias y valores culturalmente extendidas que aprendemos sin darnos cuenta.

                Un buen ejemplo, es la actitud pesimista ante el futuro económico y laboral que se ha extendido por toda Europa, de repente, nos encontramos comprando inconscientemente, marcas blancas, pese a que nuestra economía particular no ha sido perjudicada, fruto de esta actitud, la cual, se nos ha contagiado. Es una actitud relativamente nueva a nivel social, hace seis años no existía, y el futuro era maravilloso.

                Como vemos las actitudes son modificables, unas más fáciles que otras, dependen del entorno y del punto de vista del observador, de cómo percibimos la realidad.  Las actitudes se aprenden, y por tanto se enseñan y lo más importante hay actitudes inteligentes y actitudes estúpidas, ¿Qué criterios utilizamos para categorizarlas?

                Nos remitimos a nuestra definición de inteligencia: La capacidad para adaptarnos al medio y crear información e inventar y elegir nuestros objetivos. Por lo tanto una actitud inteligente será aquella que nos ayude a conseguir estos fines.

                La inteligencia actitudinal es la capacidad para elegir las actitudes adecuadas para:

-La resolución de problemas que nos podamos encontrar en nuestro entorno. Es la definición clásica de inteligencia como herramienta de adaptación al entorno.               
                Ejemplo: Actitud empática, comprensión de la realidad de los demás para ayudar. Orientación al cliente.

-Creación de sistemas de interpretación de la realidad con el objeto de manipularla. Lo que implica la creación de nuevos problemas a resolver.
                Ejemplo: Orientación al aprendizaje, buscar activamente el aprendizaje en todo momento y en todo lugar. Pensamiento crítico.

-Creación de nuestros fines, tanto a corto como largo plazo, como persona y como sociedad.
                Ejemplo: Orientación hacia la creatividad, y la flexibilidad de pensamiento.

-Elección de los objetivos.
                Ejemplo: Práctica del feedback, retroalimentación, evaluación continua de los objetivos y del proceso para conseguirlos. 

-Consecución de los mismos.
                Ejemplo: Creer en la voluntad, en la acción y la tenacidad como herramientas fundamentales para conseguir nuestras metas.

                Con la inteligencia actitudinal creamos una herramienta de trabajo muy importante para las personas, las empresas, la sociedad,  ya no dependemos de nuestras capacidades, o de nuestra motivación,  sino que nuestro motor fundamental es la elección consciente, la voluntad y el trabajo.


               Es más importante el querer, que el poder.

miércoles, 19 de junio de 2013

La princesa.

          Erase una vez, en un país muy lejano, una princesa, en su dormitorio, en un palacio, en un reino, en un amanecer maravilloso y terrible. La princesa cumplía hoy 18 años y amaneció triste...


          Toda la corte estaba consternada, ¿Que le sucede a la princesa? ¿Qué quiere? ¿Qué necesita? Todos le preguntaban. Pero la princesa solamente suspiraba, perdía la vista en el horizonte y languidecía de tristeza.
El rey mandó traer maravillosas telas de oriente, valiosas joyas de occidente. Incluso a una selección de los mejores mozos del reino (se comentaba que uno jugaba muy bien al balonmano y era muy listo, o eso se creía el). Pero nada surtía efecto, la princesa seguía sumida en la más absoluta y silenciosa tristeza.

          Un carromato entró tirado por un par de bueyes en la plaza, seguido por una colla de personajes de lo más variopinto, bailando  y haciendo piruetas, al ritmo de música de juglares. La dulzaina, panderos y tambores amenizaban la fiesta, mientras la chiquillada del pueblo los seguía alborotada. Un orondo personaje con casaca roja subió al tejado de la carroza, de pronto... silencio.

          -"Señoras y señores, con todos ustedes el Circus Máximus, venidos desde los diferentes confines del mundo, tenemos a los más increíbles artistas de todos los tiempos. Desde La Italia, los saltimbanquis; hermanos Saglieri. Desde lo más profundo de la India; el faquir Mandal. Los payasos Popo y León nacidos en la huerta de Valmuel. Y nuestra actuación estelar; el mentalista más poderoso de la tierra, el lector de mentes del que ningún secreto escapa, venido desde los Cárpatos:  ¡Doctor Zarco!".
          Se abrió un telón tras el que apareció un figura enjuta cubierta con una capa oscura y mirada penetrante.

          La noticia llegó a oídos del Rey, inmediatamente ordenó que la primera actuación se realizara en palacio, para ver si podía disipar la silenciosa tristeza de su hija.

          Estaba todo preparado, la Reina y el Rey ocupaban sendos tronos en la sala del mismo nombre y la princesa otro más pequeño a la derecha de su padre, donde se derretía producto de su pesar. Comenzó la actuación, los artistas conocían el objetivo de la misma, el Rey les había ofrecido una cuantiosa recompensa si conseguían hacer olvidar sus penas a la muchacha. Se esforzaron al máximo, pero uno tras otro  contemplaban desolados, como no hacían ningún efecto.

          Hasta que llegó el momento del Gran Zarco. Embozado tras la capa miraba inquisitivamente en la profundidad de los ojos la doncella. Permaneció así durante dos largos minutos escrutando sus pensamientos. Transcurrido el tiempo metió la mano derecha entre los pliegues de si capa y sacó un pequeño pajarito amarillo, lo depositó en la mano de la muchacha y al momento se puso a cantar. Dos lágrimas se deslizaban por sus mejillas y una sonrisa deslumbrante iluminó su rostro. La alegría había vuelto tanto a la niña como a toda la corte; que por fin descansaba tras tantos desvelos.

Moraleja: ¿Eres una princesa?
                Entonces, si quieres un pajarito amarillo, dilo. ¡COJONES!

          Si te gusta el vecino de enfrente díselo.
          Si quieres salir con los amigos díselo.
          Si quieres que tu marido planche la ropa díselo.
          Si buscas trabajo díselo a todo el mundo.

               Si no decimos lo que queremos, nadie va a venir a leernos la mente.


miércoles, 12 de junio de 2013

El objetivo.

Vivimos tiempos de crisis, tiempos de cambio. El miedo y la incertidumbre copulan en alcobas insomnes. Televisores parlotean en la oscuridad del patio de luces, mientras la ansiedad te impide dormir. -No sé, qué hacer. A que me sale una de Sabina...


Estamos cansados de escuchar que necesitamos tener un objetivo profesional, que nos llene, que sea nuestra vocación, nuestro destino, que nos produzca pasión, que nos motive. Yo mismo animo a todos mis clientes que se paren un tiempo a reflexionar sobre lo que quieren hacer en la vida. Siempre es un buen momento para pensar sobre si quiero seguir haciendo lo que hago o me gustaría cambiar.

Si tenemos una vocación clara, tenemos un tesoro, ya que sabemos lo que tenemos que hacer, si morimos de hambre en el intento, no importa, es nuestra vida y hemos decidido vivir así.

Pero, ¿Que hacemos el resto de los mortales? que simplemente queremos un trabajo que nos permita vivir en paz, que nos permita cuidar de nuestra familia y dedicar nuestro tiempo libre, a lo que de verdad nos gusta. No es tiempo para la tranquilidad, la corriente es muy fuerte y si no nadas, y con fuerza, te va a arrastrar.
 
          Algunas  preguntas que te ayuden a encontrar un camino.

                   -Imagina el futuro, ¿Cómo te ves? ¿Qué estás haciendo? Sueña, pero sueña en positivo y a lo grande.

                   -¿Qué te hace sonreír?  ¿Qué te da energía? ¿De qué te gusta hablar?

                   -¿Qué te gusta hacer? ¿Qué harías gratis?

                   -¿Que es lo que te gusta hacer en tu tiempo libre? ¿posibilidades de convertirlo en negocio?

                  -¿Que habilidades tengo? ¿En qué destaco? ¿Qué te resulta fácil? ¿Qué situaciones te hacen ser creativo? ¿Qué situaciones sacan lo mejor de ti?

                  -Mira a tu alrededor, mira lo que hacen los demás, si te gusta cópialo (está de moda) pero ponle tu estilo.

                  -A quien admiras, ¿Qué hace? Cópialo, otra vez ¡Que está de moda!

                  -¿Que necesita la gente tal vez puedas ofrecérselo?

                   -Metete en la red, -hay universos que ni siquiera has sospechado- seguro que encuentras a "los amigos del gamusino azul del sur del Córcoles" y ahí eres el rey, en esa comunidad encuentras tu pasión.

          Un objetivo no es para siempre, siempre podemos cambiarlo. Pero cuando lo hagamos no tiremos por la borda lo aprendido, recojamos lo pedazos útiles para enfrentar la siguiente meta.

          Lo cierto es que  no hace falta un objetivo profesional claro, no hace falta un misión cósmica para empezar a caminar. Simplemente con una actitud de búsqueda, de alerta, de saber al menos lo que NO quieres, un actitud vigilante ante las oportunidades y poner el alma en lo que hagas. La pasión no se tiene,  se cultiva.  Hay que caminar aunque no se tenga muy claro donde se va.

"La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando" Pablo Picasso.


jueves, 6 de junio de 2013

Control y autoestima.

               Cuando publiqué los resultados de la encuesta ¿Por qué no nos gusta buscar empleo? Muchas personas resaltaron el sentimiento de pérdida de control sobre la vida que experimentamos al perder el trabajo. Parece que le den un golpe en tu brújula y se vuelva loca por un tiempo, hasta que comenzamos poco a poco a encontrar el rumbo. En algunos casos puede ser una liberación y encontremos el rumbo en unos segundos, pero en otros se convierte en un deambular por un laberinto del que no vemos salida.  Si te ocurre, busca ayuda, necesitas a alguien que vea a "vista de pájaro" y te ayude a encontrar el camino.

               Esta pérdida de control tiene aspectos positivos, lo primero que nos enseña es humildad,  -no juzguéis  la vida de los demás a la ligera-, lo pequeñitos que somos ante el viento de la vida, somos prescindibles, importamos tanto como  importan las miles de personas que mueren de hambre en África. Precisamente esta pequeñez nos da la libertad, qué más da lo que hagamos, podemos hacer lo que nos dé la gana, no nos va juzgar nadie; solamente nosotros mismos y tal vez Dios. Somos libres de elegir nuestros objetivos y luchar por ellos. Por que el objetivo no está en la meta, sino en el propio camino. Como decía Freud: -"He sido un hombre afortunado en la vida, porque nada me ha resultado fácil" 


               Los niños se alegran al descubrirse causantes de los acontecimientos. A mi hijo Matías lo descubro, riendo al encontrar una pieza del puzzle, o al romper un castillo fichas de dominó. La sensación de control, de auto-eficacia, es un refuerzo básico en la mente humana, importante ante la evaluación del yo y la  autoestima. El desempleo implica que nos han vedado la entrada a una realidad que teníamos "controlada", estaba en nuestro poder, significa una pérdida de eficacia ante el entorno. Lo mismo sucede en la jubilación pero la diferencia es que en ésta el proceso es largo, nuestra mente "se va haciendo a la idea" poco a poco mientras que en el desempleo, en muchas ocasiones es "de hoy para mañana" . 

               ¿Cómo podemos paliar esta falta de control sobre el ambiente?

               -Sustituirlo por otras facetas de nuestra vida que nos permitan sentirnos útiles. Deportes, aficiones. ¡Cuidado!  Puede que estas facetas invadan nuestra vida (conviene tenerlas en cuenta, puede que surja un empleo de éstas) y no podamos dedicar tiempo a lo que de verdad importa, que es buscar empleo.

               -Una nueva tarea ocupará nuestra vida, es la búsqueda de empleo. Una actividad bastante ingrata, sobre todo tal como está el mercado laboral. Por lo que nuestra sensación de eficacia puede ser nula y producir una fuerte desmotivación, incluso llevar a la depresión
.
                -Fijar nuestra atención sobre las variables que controlamos en nuestra búsqueda y felicitarnos por lo que hacemos, teniendo muy en cuenta lo que es nuestra responsabilidad y lo que no.  Por ejemplo al acudir a una entrevista, depende de nosotros las respuestas dadas, que nos elijan o que no esto se escapa de nuestras manos. No debemos culparnos de los resultados finales. Existen multitud de factores que influyen en la elección de los que no tenemos culpa ni posibilidades de control.

                Si alguna vez no "has hecho los deberes", se indulgente contigo mismo perdónate, pero no dejes pasar muchas oportunidades porque el tiempo corre en tu contra.

                -La búsqueda de trabajo on-line, ha permitido variar mis objetivos en la búsqueda de empleo. He cambiado mi meta, ahora es la creación de una marca personal  que perdurará en el tiempo. Por los que mis criterios de eficacia han cambiado, el encontrar trabajo ya no es un objetivo (que también) sino que se convierte en una consecuencia.

                -Mis objetivos se han vuelto concretos y cuantificables:

                          -Escribir un post a la semana.

                          -Auto-candidatura, presentación a ofertas de empleo. Pero el concepto ha sufrido una transformación, ahora presento mi blog, por lo que la actitud ha cambiado totalmente. Paso de presentar un papel en el que no me siento identificado a presentar un trabajo del que me siento orgulloso.

                           -Aumentar las visitas al blog. Promocionándolo en las redes sociales con lo que estoy aprendiendo muchas cosas nuevas y muy importantes para el mundo que se avecina.

                           -Tampoco hay que descuidar la búsqueda off-line.

                           -Ayudar a las personas que me voy encontrando en las redes. Lo cual es mi trabajo de toda la vida. Por lo que sigo trabajando, es decir mi parcela de eficacia que perdí al no tener empleo, la he recuperado en el mundo on-line.

                           -Y encima van surgiendo personas y nuevos proyectos muy interesantes: radio-ética.

               -"Toma la pastillita roja. Te enseñaré donde lleva la madriguera de conejos... Recuerda, lo único que te ofrezco es la verdad" Matrix 1999