miércoles, 27 de enero de 2016

¿Cuándo abandonar un proyecto? 2ª parte.

                En el artículo anterior nos planteábamos el momento en que debemos dejar una actividad. Tenemos a Pedrito, mi hijo, al que últimamente la natación se le ha atragantado. Y nosotros, como "Super-padres" que somos, tenemos que tomar una decisión sobre, si le permitimos abandonar o no. Hice una análisis sobre los factores más relevantes a considerar, a la hora de decidir si nos conviene abandonar un proyecto e invertir nuestro esfuerzo y tiempo en otra cosa o proseguir con nuestro empeño en la tarea que nos habíamos propuesto.


                La semana anterior nos ocupamos de factores externos; en función de los objetivos propuestos, nivel de consecución, de los sistemas de aprendizaje, de la adaptación al entorno. Pero ¿Qué pasa con nuestro interior? Nuestra decisión está ahí dentro y la evaluación va ha ser fundamentalmente subjetiva, ¿Cuándo una actividad pasa de ser un reto saludable a una situación estresante (en el peor sentido de la palabra) de la que debemos huir?  El condicionar una situación de forma positiva o negativa, es un proceso de aprendizaje, que ocurre a lo largo del tiempo y la evaluación de la misma cambia de un día para otro. De no ser que te encuentres un león en el baño. Un condicionamiento filogenético instantáneo, aunque también lo podemos desaprender.

                Así que nos encontramos ante la evaluación de un proceso y para tal objetivo, tenemos que medir, medir a lo largo del tiempo, en los diferentes días en los que se practique la tarea. Esto no lo hace nadie, pero sería lo ideal. Cada día al terminar la natación, podemos preguntar a nuestro hijo su nivel de satisfacción, del uno al diez por ejemplo y marcarlo en una gráfica, así veremos la proyección del proceso. Si es un proceso virtuoso, cada día mejor, si es estable, o si es vicioso, cada día la satisfacción es menor. Pero lamentablemente no lo hacemos y  nos damos cuenta muy tarde de la situación, cuando ya las respuestas son muy negativas y comienzan a estar condicionadas, aprendidas.

                Tenemos cuatro tipos de respuestas negativas que da nuestro organismo ante las situaciones, es importante saber identificarlas en nuestro interior, ser conscientes de ellas. ¿A cuántos les a petao el corazón pensando que su "vida era normal"?

                -Cognitivas, o pensamientos. "Hoy no he nadado bien, he llegado el último, que pensarán de mi, esto no es para mí. No lo voy a conseguir".  Pueden tener diferente nivel de consciencia, estar más automatizadas o menos.

                -Emocionales: sentir nervios, ansiedad, miedo al ridículo, tristeza, indefensión.

                -Biológicas: aumento frecuencia cardíaca, respiración, secreción de neurotransmisores (adrenalina, cortisol) Dolor físico por el sobreesfuerzo.

                -Conductuales: Llanto, huida. ¿Quién se esconde bajo la cama para no ir al dentista?

                Pero todas ellas son respuestas normales si se dan puntualmente: Un día que ha sido especialmente duro, que no has conseguido tus objetivos. Son respuestas adaptativas, pensadas para superar un reto, resolver un problema. Respuestas muy positivas, para aprender a manejar y superar emociones y pensamientos negativos. Si no experimentamos con ellos, especialmente de niños, nunca aprenderemos a superar las frustraciones y los miedos que nos deparará la vida. Esto es Inteligencia emocional, no estar siempre contento y optimista. La tristeza es útil. ¿Entonces seguimos putenando  a Pedrito, no? ¡Vamos a criar un espartano!

                Para juzgar si las respuestas son preocupantes, si debe saltar nuestra alarma e intervenir, tenemos que tener en cuenta cuatro condiciones:

                -Tener en cuenta la trayectoria del proceso de aprendizaje, como he indicado anteriormente: Si es positiva, neutra o negativa.

                -¿Se producen las respuestas negativas anticipadamente a la actividad a realizar? ¿En qué grado?

                -¿Son incapacitantes? ¿Te impiden realizar la tarea (evitación) o reducen tu rendimiento?

                -¿Durante cuánto tiempo se llevan produciendo? ¿Siempre que realizas la actividad? ¿Cuándo no se producen? ¿Cuánto tiempo llevas con estas respuestas negativas? ¿Se generalizan a otras situaciones, a otras actividades?

                En el caso de Pedrito, tengo que anunciaros que tristemente, ha dejado su "dilatada vida deportiva", tras meses de éxitos y después varias medallas de cartulina en los diferentes estilos; a abandonado la natación, al menos de momento. El factor fundamental ha sido que la experiencia se había convertido en algo desagradable, en los últimos dos meses sus respuestas eran muy negativas, llantos, enfados, negociaciones interminables y el objetivo a alcanzar tampoco es muy relevante para su vida cotidiana. Así que de momento nos encontramos sin espartano, solamente con un ateniense flojucho, al menos en este ámbito. Los padres, sí que somos flojuchos.

                Tantas cosas que aprender, y en la vida no hay tiempo para todo. Elegid.

                Muchas gracias a todos por vuestra atención, si os ha gustado compartidlo y cualquier duda o sugerencia será bienvenida, aquí en el blog o conectad conmigo en las principales redes, sois todos bienvenidos.

                Muchos retos y mucha suerte.

                La primera parte del artículo: ¿Cuándo abandonar un proyecto? 1ª parte.


El enigma de la foto.

                Este es un juego que os propongo con cada post, cada artículo tiene una foto (la primera de todas) y os pido una interpretación,  la que se os ocurra, nada está bien o mal, nada es correcto ni incorrecto, y en el siguiente artículo os cuento por qué razón la he puesto y cuál es mi interpretación. Esta es la foto del artículo anterior: ¿Cuándo abandonar un proyecto? 1ª Parte.



                La fuente de Daroca con sus veinte caños simula la cantidad de factores que intervienen a la hora de tomar una decisión, tanto externos como internos. Me viene a la cabeza la frase "la gota que colmó el vaso" como multitud de pequeños factores se van acumulando hasta que un pequeño acontecimiento más, hace que toda la situación cambie de significado y tomemos una decisión contraria a la que estábamos realizando.


                ¿Qué os sugiere al de esta semana? Una barquita en las Tablas de Daimiel.

viernes, 15 de enero de 2016

¿Cuándo abandonar un proyecto? 1ª parte.

¡Hoy es miércoles y toca piscina!

                Sí pero últimamente, no es un día alegre, desde hace un par de meses, mi hijo Pedrito, de 7 años, los miércoles nada más despertarse ya se levanta refunfuñando, algo enfadado, lloriqueando y le dura el malhumor todo el día. Siempre admiraré la capacidad de insistencia de los niños, mira que son cansinos. -¡No quiero ir a natación! Hoy el problema, el berrinche, se ha agudizado porque es el primer día tras las vacaciones de navidad.

                Así que esto, nos sume a toda la familia en un terrible dilema, es la carga que tenemos los Super-padres de hoy en día, que por culpa de Freud y toda su prole de psicólogos, parece que todas las decisiones que tomemos van a ser determinantes en la vida de nuestros hijos. Si lo forzamos a seguir, igual odia el látex de los gorros de baño y de mayor, lo hace siempre sin condón, quién sabe...

                Voy a intentar analizar este problema, para tomar una decisión, que afectará a la vida de mi hijo pero quiero que sirva de base para analizar otros dilemas que nos podamos encontrar en el camino. Es muy importante para nuestras vidas, saber cuándo abandonar un proyecto, una actividad, un aprendizaje y dedicar nuestro valioso tiempo a otras cosas.

                -El objetivo: Aprender a nadar, mantenimiento físico, disciplina, tesón. Estos son los de los papis, pero  ¿cuál es el de los hijos? ¿Se lo hemos preguntado? Tal vez ahí esté el fallo, en la motivación.

                Se que el tema no es muy grave, al fin y al cabo la natación no es un tema muy relevante en nuestra vida diaria, es una actividad extra-escolar y de momento no va al cole nadando. Esto nos lleva a otro debate: ¿Qué aprendizajes son relevantes para nuestras vidas? ¿En qué aprendizajes invertir nuestro tiempo? ¿Filosofía sí o Filosofía no? Un tema importante es la relevancia de los objetivos, ¿Son imprescindibles? ¿Podemos cambiarlos? ¿Nos podemos permitir el lujo de abandonar una actividad? ¿De aprender inglés?  ¿Podemos dejar de buscar empleo? Si tienes una renta, una pagueja y te conformas con ella...

                ¿Podemos conseguir nuestros objetivos con otras actividades? ¿Hay otros caminos para conseguir lo mismo? desde luego, a nadar sólo se aprende nadando pero hay muchas formas de enseñarlo. En el caso que nos ocupa, más que disfrutar del agua y jugar, es una fábrica de montaje de nadadores rusos, creo que a mi hijo no le gusta el ruso. En cambio a mi hija de 10 años, le ha ido muy bien el sistema y nada como una profesional, rusa.

                Así que tenemos que mirar e investigar qué nos ofrece el entorno, qué ofertas, qué posibilidades tenemos para conseguir nuestros objetivos. Para aprender a nadar solamente tenemos dos instalaciones deportivas cercanas, con piscina y con clases estructuradas para aprender. Tenemos dos fábricas de nadadores rusos. Otra opción es ir al mar, ir al río, construirte tu propia piscina y prepararte tus propias clases de natación. Para conseguir nuestro objetivo: o nos adaptamos a lo que hay y nos conformamos, o construimos nosotros mismos la manera de lograrlo. Aprendizaje formal vs. informal. Yo aprendí a nadar jugando en el río.

                El resto de sub-objetivos: mantenimiento físico, disciplina, tesón: Lo podemos conseguir con multitud de actividades y la percepción de esfuerzo va a ser totalmente diferente. A Pedrito le das un juguete de construcción y lo tienes trabajando dos horas, sin dar un ruido, concentrado y siguiendo la disciplina de las instrucciones, con esfuerzo cero y motivación al máximo. Para el mantenimiento físico, necesita horas de parque, los deportes no le gustan, al menos no hemos encontrado alguno que le motive. Creo que prefiere la auto-gestión, que las reglas impuestas. Miedo me da, cuando tenga 16 años...

                Otro factor a considerar para continuar o abandonar es: ¿Cuánto nos falta para conseguir nuestro objetivo? ¿En qué lugar del camino nos encontramos? Me he encontrado con gente he ha abandonado una carrera universitaria faltándole un par de asignaturas. Pedrito, flotar, lo que se dice flotar, flota, eso sí, lo de nadar... va despacio. Se defiende nadando, hace un largo de la piscina sin detenerse, pero le falta velocidad y estilo.

                -¿Estamos progresando con nuestra estrategia? Este es el eterno talón de Aquiles de todos los proyectos, medir el progreso. Podría darnos para una tesis doctoral solamente para dilucidar ¿Qué es progreso? y cómo se manifiesta. Raramente es lineal y progresivo, suele ir a saltos, con momentos críticos de aprendizaje. Todavía recuerdo cuando comprendí la multiplicación y aprendí todas las tablas en días. Así cómo encontrar una relación entre la estrategia y el progreso. Si quieres resultados diferentes, haz lo mismo una y otra vez. Durante los últimos meses parece que el progreso no ha sido significativo. También es verdad que no tenemos un criterio técnico para evaluarlo. Tal vez esta tarde se le despierte el instinto natatorio de golpe, aunque no lo creo.

                Emociones, sensaciones, pensamientos, actitudes, valores, stress y todo lo demás... Que pasa dentro de nuestra cabeza y mediatiza e interpreta nuestra realidad. Esta parte se merece otro artículo en profundidad. Así que os emplazo para la próxima semana, para resolver el entuerto. Es verdad que en el último mes las sensaciones de Pedrito han sido negativas y estresantes, lo cual creo que va a pesar mucho en la decisión que tomemos.

                ¿Se os ocurre alguna variable más a considerar?

                ¿Qué os parece la situación? ¿Por qué opción optaríais? Intentamos que Pedrito aprenda a manejar esta situación de fracaso y seguimos intentándolo o abandonamos y dedicamos el tiempo a algo más motivante para el niño. En los follones que nos metemos los padres modernos, mi más sentido pésame...

                Bueno, después de la brasa que os he dado con mis problemas de crianza, espero que os haya gustado, si es así compartidlo. Cualquier ayuda o sugerencia será bienvenida, aquí en el blog, o en cualquiera de las principales redes.
                Muchos retos y mucha suerte.

Aquí la segunda parte: ¿Cuándo abandonar un proyecto? Factores personales.

El enigma de la foto.

                Este es un juego que os propongo con cada post, cada artículo tiene una foto (la primera de todas) y os pido una interpretación,  la que se os ocurra, nada está bien o mal, nada es correcto ni incorrecto, y en el siguiente artículo os cuento por qué razón la he puesto y cuál es mi interpretación. Esta es la foto del artículo anterior:


                En la foto se contemplan diferentes adornos festivos, unos mayores, otros más pequeños, de diferentes colores, con ellos quiero simbolizar que los resultados de cualquier relación, conversación, no son blancos o negros, no se obtiene un resultado positivo, negativo y ya está. Tenemos que saber que se pueden determinar multitud de objetivos y que algunos los conseguiremos, otros no y otros a medias. No estamos en un mundo digital, el mundo es analógico y sistémico.

                ¿Qué os sugiere al foto de la semana? La fuente de los veinte caños de Daroca