lunes, 11 de marzo de 2013

Codiciamos lo que vemos.


                Como decía Hannibal Lecter en El Silencio de los Corderos. Éste es uno de los principios del marketing, de la publicidad, de la vida misma. Aunque la frase es muy simple los conceptos implicados no lo son tanto:

                - La codicia es el deseo ¿Cómo se crea el deseo? El deseo, tiene de base una necesidad, ésta puede ser básica (hambre, sed) o construida;  status, autoestima, fetichismo... -Entramos en terreno complicado.

                -El ver, implica un estímulo sensorial básico, pero también implica una interpretación subjetiva, una construcción de la realidad. Ya que generalmente no deseamos el estímulo sino las expectativas, los sueños que nos evoca. -Se está complicando más...

                Bonita perorata, ¿Pero... qué pasa conmigo? Sólo soy un simple desempleado... Sólo quiero un trabajo y que me dejen de monsergas...

                Sí pero el desempleado tiene que ser un técnico en marketing, todos para convivir, tenemos que despertar el deseo en los demás, para cualquier cosa. Parece muy complicado pero en realidad es bastante fácil, ya que somos seres sociales preparados biológicamente para ello. El problema es cuando nos salimos de la biología y nos metemos en lo artificial; en la sociedad, en el mercado laboral, en internet...

                Bueno, nuestro objetivo hoy es más modesto, "simplemente" vamos a pretender que nuestro currículum sea ese "estímulo sensorial básico", es decir, que nos vean. Este es el gran problema que tenemos todos los buscadores de empleo, de clientes, de amores... Nuestro currículum se pierde en un mar de información y pasa desapercibido totalmente. Muchos gurús del empleo se empeñan en ponerle flores, uñas de porcelana, prótesis estéticas... Que no está mal, pero en mi opinión no está el problema en el estímulo, sino en el canal de comunicación.

                Entonces qué hago ¿Me apunto a ETTs, páginas de empleo, linkedin?

                Vayamos por partes, como decía otro ilustre descuartizador. Antes de decidir dónde gastar nuestro tiempo y nuestras energías hagámonos unas preguntas:
                -¿Quienes son nuestros empleadores?
                -¿Y sus suscriptores de empleo (quien recomienda a quien contratar)?
                -¿Donde están?
                -¿Cuáles son sus hábitos de trabajo? ¿Donde reclutan a sus trabajadores? ¿Cómo?
                -¿De dónde obtienen información? ¿Donde almuerzan?
                -¿Conozco a alguien que me lleve directamente hasta ellos?
                -¿Qué necesitan?

                Esto se denomina; determinar mi mercado objetivo, mi target, y en función de las respuestas planificaremos toda nuestra búsqueda de empleo, desde el currículum, el canal a utilizar o el lenguaje que emplearemos. Podemos tener varios targets, o segmentar el principal y necesitar diferentes estrategias de aproximación, para cada uno de ellos.

                Buscar empleo no es más que un acto de comunicación y uno de los mayores problemas  para que llegue el mensaje es la elección del canal, emisor y receptor, empleador y desempleado deben estar en el mismo, para que ésta sea efectiva.

Saludos y empezad la semana con fuerza.  


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