Antes
de comenzar, muchas gracias a todos los participantes que han comentado en las
diferentes redes, la pregunta lanzada en el post de la semana pasada.
Aportaciones muy interesantes todas ellas para el tema que nos ocupa.
Imaginemos
que somos el técnico de selección encargados de seleccionar a Antonio. Este es
un ejercicio que siempre lo recomiendo a todos los buscadores de empleo.
Imaginemos que eres el empresario que quiere contratar:
-¿Que
cualidades tendría que tener el trabajador? ¿Qué competencias profesionales?
¿Qué disponibilidad de tiempo y desplazamientos? Es una buena forma de
contrastar tus posibilidades, cuantos menos "peros" pongas a todas
estas preguntas, mejor. ¿Te contratarías a ti mismo? Seamos sinceros...
Bueno,
sigamos con nuestra historia. Tenemos a Antonio que en la entrevista se ha
mostrado nervioso en exceso, lo cual, ha disparado nuestras alarmas ante su
posible contratación. De por sí, esto es un mal síntoma, ya que nos hace
plantearnos nuevas cuestiones, que otro candidato sin este episodio de ansiedad
no las plantearía.
-En primer lugar, indicar
que llamamos nervios simplemente es un estado de activación un poco más alto de
lo normal. Para que nuestro cuerpo y nuestra mente funcione. al cien por cien,
necesitamos un nivel de activación óptimo. Si estamos por debajo, nos
encontramos lentos, dormidos; por lo que nuestro rendimiento ante cualquier
tarea va ha ser de pésimo a mediocre. Sin embargo si tenemos un nivel demasiado
alto: Nuestra atención se comienza a dispersar -Estoy sudando. -¡Cómo me va el corazón! -¡Me falta el
aire! Los síntomas fisiológicos pasan a
primer plano entorpeciendo el rendimiento en la tarea que realizamos. Por lo
que es necesario un nivel de activación
medio que nos mantenga alerta, con los cinco sentidos en marcha, que nos
ponga las pilas...
-La contratación dependerá del puesto de
trabajo ofertado, tenemos que tener en cuenta son las competencias
profesionales necesarias para el desempeño del puesto. Si el puesto va a
requerir una alta tolerancia a la incertidumbre, improvisación, tal vez presión
por parte de clientes, jefes... Situaciones en las que la capacidad de
respuesta debe mantenerse fría pese a las presiones del entorno. Tal vez
Antonio no sea el candidato ideal.
-Tal
vez el desencadenante de la ansiedad sea
meramente situacional; fruto del las expectativas creadas ante un proceso
de selección, interés sobre el puesto, necesidades económicas acuciantes,
sentimiento de evaluación desmedido... En ocasiones un trabajador técnico, no está acostumbrado a "venderse", simplemente ha trabajado con sus
manos y no se ha encontrado en estas situaciones. -La única forma de aprender es practicando.
Estos desencadenantes no los vamos a encontrar en el puesto de trabajo, por lo
tanto sería una lástima perder a Antonio como candidato.
-Va a
ser muy importante para el entrevistador, el
grado de coherencia verbal expresado, si Antonio pese a tener su exceso de
ansiedad logra mantener su discurso y comunicar
lo que ha venido a contar. Va a ser muy positivo. Imaginemos que te
quedas en blanco, se te olvida algo, o incluso que no puedes hablar. Si eres
capaz de decir: -Disculpe un momento, pero estoy un poco nervioso porque me
interesa mucho el puesto. El entrevistador seguramente empatizará contigo y te
dará unos segundos para que te reorganices mentalmente.
Existe
mucha mitología en cuanto a los procesos de selección, y en especial con la
entrevista de trabajo. -¡Cuánto
mal ha hecho el cine! Ni siquiera pongo los títulos para no darles publicidad.
Por regla general, (hay de todo) El entrevistador procura hacer sentir bien al
candidato, que esté cómodo, tranquilo. Simplemente por una cuestión práctica:
El que está agusto cuenta muchas cosas, mientras que si no lo estás, si te
sientes amenazado, cuentas lo justito para escapar de la situación y salir
volando.
Mucha
suerte y hasta la semana que viene. Podéis dejar cualquier comentario, o duda,
tanto en el blog como en las redes y si os gusta compartid. Muchas gracias.
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