jueves, 2 de mayo de 2013

Elogio a la experiencia.


                Hace unos días una clienta: Ingeniera, en busca de un puesto de alta cualificación y responsabilidad me sorprendió con la siguiente pregunta. ¿Supone un obstáculo, un hándicap, el tener cuarenta y tres años, para encontrar trabajo?
                Sin duda, mi respuesta ante su caso en particular fue un rotundo no, posiblemente para un puesto como directora de departamento sería de las candidatas más jóvenes. Posteriormente pensando en la situación del mercado laboral y la cultura empresarial española en particular:
                Muchas empresas en la actualidad están realizando una fuerte restructuración de personal, si no desapareciendo directamente. Lo que supone que muchos profesionales en pleno apogeo de su carrera profesional, de más de cuarenta años se ven avocados a la búsqueda de empleo. Circunstancia que está suponiendo como poco, una transición y en casos más graves una crisis profesional y vital.
                La característica más importante de la búsqueda de empleo es la incertidumbre sobre el futuro, esto unido a la edad, y a las nuevas demandas de competencias que nos pueden exigir los puestos a los que optemos, demandas que podemos tener oxidadas o que son totalmente nuevas. Puede hacer surgir el miedo, incluso pánico en muchas personas. Lo cual sí puede resultar un hándicap psicológico y auto-impuesto.

               ¿Puede ser que las empresas, por determinados prejuicios, o simplemente para tener menos candidatos, recorten por la edad y que sea una práctica tan habitual que esta variable suponga un problema para la inserción profesional de este colectivo?
 
 
 
 
                En la cultura occidental llevamos muchos años mitificando la juventud, uniendo esta cualidad, que no tiene ningún mérito, con todo lo bueno de la vida, belleza, alegría, motivación, inteligencia, dinamismo, nuevas tecnologías.
                La última: "los nativos digitales", los que tienen menos de 35 tienen capacidades mágicas en el misterioso mundo 2.0. Hace falta ser tonto, para creerse algo así. El que sabe comunicarse le da igual lápiz y papel, las redes sociales o un blog, solamente son herramientas, solamente necesitamos una actitud abierta al aprendizaje, y ponernos al tajo.
                Desde aquí, reto a cualquier persona que me indique una cualidad que tenga la juventud (aparte de menos años, obviamente) que sea más positiva para la empresa y que no la pueda tener una personas de más de 40 años.
                Sin embargo sí hay una cualidad muy importante que tenemos los "sénior" los "adultos" profesionalmente hablando y es:  la inteligencia operativa, el ojo clínico, detectar casi automáticamente, donde está la causa del problema y saber qué pasos dar para poner en práctica la solución. Es algo que solamente lo proporciona la experiencia.
                Una persona de 20 años puede ser campeón en una olimpiada matemática, igual que una de 50, pero nunca podrá ser tan buen médico, fontanero, director de equipo de ventas o gerente. Simplemente porque no ha tenido tiempo de desarrollar y automatizar todos los procesos cognitivos necesarios para la práctica de su profesión. Solamente enfrentándose, una y otra vez, a los problemas que se plantean en el día a día de un oficio, puede aprender a diagnosticar y a poner en práctica las soluciones adecuadas, con rapidez y eficacia.
                Donde mejor se aprecian los efectos de la experiencia es precisamente en los trabajos manuales, en la inteligencia psicomotriz (la que se utiliza para el uso herramientas u objetos físicos) pese a que los trabajos físicos "parecen más adecuados para personas jóvenes". Obsérvense a dos albañiles trabajando el yeso uno de 50 y otro de 20 años. El primero; mínimo movimientos requeridos, sin esfuerzo, gracilidad, por eso resulta tan hipnótico el ver a alguien que trabaja bien, es como ir al ballet. El de 20 años está en una pelea a brazo partido con el yeso, termina exhausto, con yeso hasta en las orejas y encima su rendimiento objetivo es pésimo en relación a su compañero.
                En muchos trabajos no hay teoría que aprender, en especial en todos aquellos en que las tareas están menos definidas, como pueden ser la gestión de personas o toma de decisiones.  Solamente practicando se aprende, para lo que es necesario el tiempo y la experiencia.
                Así que pido a todos los responsables de selección de personal que no se dejen llevar por los estereotipos sociales, que seleccionen a las personas en función de sus capacidades, competencias, actitudes. Detrás de cada currículum hay una persona y debemos tener una justificación ética para la elección de la más adecuada para el puesto. No podemos contribuir a que se tome como verdad algo, que solamente son prejuicios.
               Nosotros también tendremos 50 años y el mercado laboral es muy "flexible".


2 comentarios:

  1. Muy bueno este artículo. Absolutamente genial. Casi todos nos dejamos llevar por los estereotipos y la corriente social y no se valora lo que realmente importa y quizá pueda ser más beneficioso para la empresa.

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    1. Ana Pilar, muchas gracias. Cada vez que sale por la tele alguna etiqueta nueva, se me llevan los demonios. La última; Knowmad o algo así, y lo sacan en el telediario, Nomadas del conocimiento. Se les atribuyen un montón de cualidades, se crea un estereotipo que nada tiene que ver con la realidad. Saludos.

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