jueves, 12 de marzo de 2015

La mente, somos multitud.

¿Me contradigo?
Pues bien, me contradigo.
(soy inmenso, contengo multitudes).
Walt Whitman. Hojas de hierba. Canto de mí mismo.

                Hola amigos, una vez más estoy aquí con vosotros, si estáis leyendo esto es que ha vencido uno de los buenos, al menos ha vencido el que yo conscientemente quería que venciera,  en esta cruenta batalla que tengo en mi interior.


                Hoy he venido de trabajar algo cansado después de una semana de lidiar con los fantasmas de la desmotivación, no la mía, sino la que reina en la mayoría de las personas con las que me encuentro.

                No tengo ganas de escribir un estúpido artículo que no le interesará a nadie. Así que me he puesto frente al teclado sin ganas, abría Internet para vagabundear en la red, pero no estaba atento, no podía concentrarme porque uno de mis yos me decía que tenía que escribir, "hacer los deberes", a continuación abría un documento en blanco, comenzaba a escribir unas líneas, nada, no me gustaba... Me enfado conmigo mismo, abro un videojuego, 5 minutos, sé que no lo voy a disfrutar, lo apago, folio en blanco de nuevo. Así podría estar atrapado en un bucle eterno, cada vez más enfadado más indeciso y menos motivado.

                Tengo una multitud en la cabeza, soy cobarde y valiente, hedonista y sacrificado, vidente y ciego, actor y público, presente y futuro, hago tratos conmigo y me engaño. Esto parece el congreso de los diputados, espera, también soy el presidente de la sala, puedo dar la palabra al que quiera, escuchar al que me interese. ¿Pero quién  me interesa más?

                De momento los mando callar a todos, y me pongo a hacer lo que tengo que hacer, simplemente porque toca, si no tienes ganas te jodes, relájate y disfruta.

                 No vamos a esperar a la motivación para empezar a hacer las cosas.

                Nuestro pensamiento tiene una virtud, cuanto más veces pensamos algo, más fuerte suena en nuestra mente, más parece que soy yo, y más "razón" tiene ese yo. ¿Ese yo es beneficioso para mis objetivos? ¿Es un amigo o un saboteador? ¿Sus ideas son saludables para mi mente, para mi cuerpo?

                Solamente podemos hacer una cosa;  elegir un objetivo y escuchar las voces que nos ayuden a conseguirlo, ser el yo que facilite nuestras metas, e ignorar al cobarde, al hedonista, al que no quiere ver, al mero espectador, al menos cuando toca hacer el trabajo.

                Con esfuerzo y tiempo, lograremos ser quien queremos ser; al menos será la voz más potente en nuestra cabeza.

                Una vez más muchas gracias por vuestra atención, cualquier comentario será bienvenido aquí en el blog o conectad conmigo en las redes. Si os ha gustado compartidlo.

El enigma de la foto.

                Este es un juego que os propongo con cada post, cada artículo tiene una foto y os pido una interpretación,  la que se os ocurra, nada está bien o mal, nada es correcto ni incorrecto, y en el siguiente artículo os cuento por qué razón la he puesto, esta es la foto de la semana anterior: Autoexclusión.



                En la foto observamos a un esforzado caracol transportando su  concha, su bagaje, su aprendizaje vital, sus costumbres, que pesan y condicionan todas las  decisiones futuras, evitando en ocasiones que nos atrevamos a experimentar, y nos autoexcluyamos de muchas oportunidades.

                ¿Qué os parece la foto de esta semana?  Unos niños guiados por una cuerda.


lunes, 2 de marzo de 2015

Autoexclusión.


                Actualmente estoy trabajando con jóvenes de menos de 30 años y con mayores de 45 realizando talleres de búsqueda de empleo en Internet, creación de marca personal  y sorprendentemente, me encuentro que uno y otro colectivo no se encuentran tan alejados en cuanto al uso de las nuevas tecnologías.  Un fenómeno que se ha denominado "brecha digital", algo esperable entre personas de más de 45 años que han dedicado su vida a trabajos cuyo aporte principal es su habilidad manual, operarios industriales, hostelería, etc.


                Pero, estoy hablando de personas de 25 años que no entienden el código, el lenguaje de la red, del entorno digital y lo han abandonado si alguna vez intentaron comprenderlo, tal vez en sus años de colegio o instituto, sí lidiaron un poquito con Internet; copiarse trabajos, ocio, relaciones sociales próximas...  Generalmente desde que dejaron sus estudios  han trabajado un par de años en trabajos varios, de baja cualificación, mozos de almacén,  peones de construcción, algunos han abandonado su profesionalidad; dada por un módulo de Formación Profesional del que no han obtenido réditos. Parece que España no da para más.   Internet ha perdido significado en sus vidas. Lo que no "sirve para nada" la mente se olvida de ello, economía de medios.

                Así que me encuentro con "nativos digitales". que como me decía esta mañana Juan, a sus 24 años: -"Yo, prefiero entregar los currículos en persona, que con Internet me lio un poco".  También tengo bronca para los adictos virtuales ¡Tenemos que hacer las dos cosas!

                Creo que es otra de las consecuencias tanto de la crisis, como de falta de tejido empresarial-digital en nuestro país. Un retorno a las cavernas. 

                Juan quiere ser mozo de almacén, operario industrial... De momento se siente fuerte y confiado ¿Tendrá las mismas ganas cuando tenga 50 años? ¿Tendrá las mismas posibilidades de empleo? ¿Podrá ser jefe de almacén sin saber informática, recibir pedidos, prepararlos, control de stocks, tal vez de un entorno on-line? ¿Querrá y podrá ser una mula de carga hasta su jubilación? Juan se ha quedado callado después de este baño de realidad y nos hemos puesto a preparar su perfil en Linkedin, como me ha dicho: -"Aún tengo tiempo, ¿No?"

                -Sí, Juan tiene tiempo, tiene todo el tiempo del mundo, para ser lo que quiera, pero hay que querer, aprender y trabajar.

                La gran diferencia entre el colectivo de mayores y los menores de treinta no está en ser nativos digitales, no está en la capacidad de aprendizaje, está en la autoexclusión, la autoexclusión hacia ciertos aprendizajes.

                Evalúan el alto coste y no ven unos beneficios relevantes y significativos para sus vidas. 

                Autoexclusión, el gran pecado de los buscadores de empleo, nos autoexcluimos de ofertas, de aprendizajes, de conocer personas, de conductas de búsqueda...

                No te vayas del baile, mejor que te echen, aunque sea por cansino.

                Espero que os haya gustado, cualquier sugerencia u opinión será bienvenida aquí en el blog o conectad conmigo en las redes.

                Desde que empecé el blog he estado publicando cada semana, pero desde que estoy trabajando, la cosa se complica así que pasaré a publicar cada quince días.  Saludos y suerte.

El enigma de la foto.

                Este es un juego que os propongo cada semana, ahora cada quincena, cada artículo tiene una foto y os pido una interpretación, (a responder durante el tiempo que trascurra hasta el siguiente artículo)  la que se os ocurra, nada está bien o mal, nada es incorrecto, a la semana siguiente os cuento por qué razón la he puesto en el artículo, esta es la foto del artículo anterior: Una tarde en la piscina.


                En la fotografía tenemos un paso de cebra con semáforos, representa el código de la circulación, un código que tenemos que aprender, externo a nosotros, pero que lo interiorizamos y automatizamos hasta convertirlo en una guía casi inconsciente para circular con educación y seguridad. Lo mismo sucede con las actitudes cualquiera de ellas, la valentía, el optimismo, la responsabilidad, son valores sociales, primero externos pero que poco a poco los interiorizamos, se convierten en hábitos de pensamiento automáticos e inconscientes. Es la única forma de aprender a "pensar bien" pensar inteligentemente. Cultivar actitudes inteligentes desde nuestra infancia.

¿Qué os sugiere la foto de este artículo? Un esforzado caracol con su "casa a cuestas".