viernes, 17 de mayo de 2013

Inteligencia Actitudinal: Orientación al aprendizaje (1ª parte)


                En primer lugar quiero señalar que no se trata de la capacidad de aprender, sino de una actitud: Buscar activamente el aprendizaje, en cualquier momento y situación.
                ¿Cualquier tipo de aprendizaje? Existen multitud de campos de conocimiento (en el más amplio sentido de la palabra) lo ideal sería saber de todo. Nunca sabemos de dónde pueden surgir las ideas que necesitamos. Pero el gran problema es el tiempo, para aprender necesitamos tiempo ¿Es rentable invertir nuestro tiempo en el estudio de la lista de los reyes godos? Sin duda, esto potenciará nuestra capacidad de memoria, pero es más rentable aprender las tablas de multiplicar, que igual ejercitan la memoria y encima son útiles para multitud de problemas.

                Tenemos que focalizar y planificar nuestro aprendizaje tanto a nivel formal (formación académica, cursos,) como a nivel informal (¿qué páginas visito en la red?, ¿qué información me interesa en una conversación?¿Qué programas de TV?). Es decir, seleccionar y priorizar lo que queremos aprender. Esto ya lo hacemos, ya que la mayoría de nuestro aprendizaje es significativo, es decir aprendemos en función de nuestro conocimiento previo. Generalmente "vemos aquello que queremos ver o lo que estamos entrenados para ver" Y también aprendemos en función de nuestro objetivo ya que en función de éste seleccionamos nuestro punto de vista y la información percibida.
                Percibimos y aprendemos en función del pasado, lo que sabemos, y en función del futuro; lo que buscamos.
                El ser humano tiene verdadera pasión por el aprendizaje y el descubrimiento, está en nuestra esencia, cuando nacemos estamos "vacios" solamente tenemos predisposiciones genéticas y la pasión por aprender es la más básica ya que con ella construiremos toda nuestra realidad.  Pero ¿Dura para siempre? En muchos casos sí, muchas personas están aprendiendo y trabajando en proyectos hasta el fin de sus días. Véase José Luis Sampedro, a quien rindo homenaje desde aquí, muriendo a los 96 años, escribiendo y trabajando por sus ideas.   
                Si no queremos perder la capacidad de disfrutar aprendiendo, debemos hacer el esfuerzo consciente de seguir aprendiendo día a día, evitando que se duerma esta predisposición genética, empujándola con nuestra voluntad.
                La mejor manera es marcarnos un objetivo infinito, un horizonte hacia el que caminar, una pasión, una utopía.. Como por ejemplo, un huerto.

Inteligencia Actitudinal: Orientación al Aprendizaje (2ª parte)


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