-"Comienza a
trabajar para los demás, deja de trabajar para ti".
Esta
frase del post anterior, junto con la idea de marca personal, nos lleva a una
clasificación de los trabajadores en función de dos dimensiones.
-La
mayor o menor impronta o marca personal, que deja el hacedor en su trabajo.
-El
mayor o menor interés en cubrir las necesidades del cliente.
Orientación al cliente +
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Orientación al cliente -
|
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Marca personal +
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Artesano
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Artista
|
Marca personal -
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Sirviente
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Operario
|
Como
vemos, el resultado son cuatro categorías de trabajadores, comenzar diciendo
que todos los trabajadores tienen cierta dosis de marca personal, de
reputación. Ya que la percepción de las personas es global y no se puede
separar, lo que es el trabajo realizado, de la simpatía que desprende
esta persona en su entorno, como de otras de sus cualidades.
No
debemos olvidar que la marca personal no es solo una cualidad sino que es un
conjunto de éstas en las que unas resaltan más que otras, es un ente dinámico
que va cambiando en el tiempo y en la
percepción personal de cada cliente.
Tras la
Revolución Industrial ( S. XVIII) y la división del trabajo, la mayoría de la población trabajadora se
convirtió en Operarios que
desempeñan sus funciones en grandes factorías e industrias o en pequeñas
empresas muy especializadas (la
subcontrata de la subcontrata) tanto, que su producto es tan sencillo que
pierde toda marca personal del trabajador ("siempre se puede sustituir una
contrata o una persona por otra")
Las
grandes marcas tienden a fagocitar, a comerse, a las pequeñas, pensando que
éstas les quitan visibilidad. Y las pequeñas tienden a ceder el protagonismo a
la mayor para contagiarse de su prestigio.
"Yo
trabajo en la Ford" cuando no es verdad, trabaja en Plásticos Pepe, una
subcontrata.
Las
marcas grandes tienen que convivir con las pequeñas, se pueden crear sinergias
muy importantes, que benefician a ambas. Cómo por ejemplo, un periódico que
aglutina a periodistas famosos.
En
España somos fundamentalmente Sirvientes y
Operarios, es decir, Hostelería y Construcción (ni siquiera Industria)
Esto está cambiando a pasos tan rápidos que está dejando un montón de víctimas
por el camino. Debemos adaptarnos a la nueva realidad.
Las
empresas se están desmoronando, el mercado de trabajo se atomiza, todos somos
"autónomos", y vamos a
trabajar a base de proyectos concretos, de una duración limitada. Si
queremos que nos llamen la próxima vez, nuestros clientes deben tener nuestro
nombre en la cabeza, nuestra marca personal. Debemos ser Artesanos o Artistas.
Y más
importante; la marca desaparece con el
tiempo, por lo que hay que mantenerla viva.
El
artesano y el artista tienen la peculiaridad de que sus productos o servicios
están impregnados por su personalidad, por su saber hacer, por su marca, por lo
que no son tan fáciles de sustituir. La diferencia es que el artista no tiene
en cuenta las necesidades del cliente, trabaja para sí mismo, mientras que el
artesano debe satisfacerlas. Pero ambos son esclavos de la visibilidad, es
decir necesitan que se conozca su trabajo o su producto para poder venderse.
Igual
que el cantero dejaba sus marcas en los sillares que fabricaba, debemos dejar
nuestra marca en todos nuestros trabajos, hemos vuelto al Medievo.
Lo
mejor es que volvemos construir nuestra vocación, volvemos a ser dueños de
nuestro destino, lo peor; la incertidumbre.
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