miércoles, 10 de abril de 2013

Marca Personal/Orientación al cliente.


-"Comienza a trabajar para los demás, deja de trabajar para ti".
                Esta frase del post anterior, junto con la idea de marca personal, nos lleva a una clasificación de los trabajadores en función de dos dimensiones.
                -La mayor o menor impronta o marca personal, que deja el hacedor en su trabajo.
                -El mayor o menor interés en cubrir las necesidades del cliente.
 
 
Orientación al cliente +
Orientación al cliente -
Marca personal +
Artesano
Artista
Marca personal -
Sirviente
Operario
 
 
 
                Como vemos, el resultado son cuatro categorías de trabajadores, comenzar diciendo que todos los trabajadores tienen cierta dosis de marca personal, de reputación. Ya que la percepción de las personas es global y no se puede separar, lo que es el trabajo realizado, de la simpatía que desprende esta persona en su entorno, como de otras de sus cualidades. 
                No debemos olvidar que la marca personal no es solo una cualidad sino que es un conjunto de éstas en las que unas resaltan más que otras, es un ente dinámico que va cambiando en el tiempo y  en la percepción personal de cada cliente.
                Tras la Revolución Industrial ( S. XVIII) y la división del trabajo,  la mayoría de la población trabajadora se convirtió en Operarios que desempeñan sus funciones en grandes factorías e industrias o en pequeñas empresas muy especializadas  (la subcontrata de la subcontrata) tanto, que su producto es tan sencillo que pierde toda marca personal del trabajador ("siempre se puede sustituir una contrata o una persona por otra")
                Las grandes marcas tienden a fagocitar, a comerse, a las pequeñas, pensando que éstas les quitan visibilidad. Y las pequeñas tienden a ceder el protagonismo a la mayor para contagiarse de su prestigio.
                "Yo trabajo en la Ford" cuando no es verdad, trabaja en Plásticos Pepe, una subcontrata.
                Las marcas grandes tienen que convivir con las pequeñas, se pueden crear sinergias muy importantes, que benefician a ambas. Cómo por ejemplo, un periódico que aglutina a periodistas famosos.
                En España somos fundamentalmente Sirvientes y  Operarios, es decir, Hostelería y Construcción (ni siquiera Industria) Esto está cambiando a pasos tan rápidos que está dejando un montón de víctimas por el camino. Debemos adaptarnos a la nueva realidad.
                Las empresas se están desmoronando, el mercado de trabajo se atomiza, todos somos "autónomos", y vamos a trabajar a base de proyectos concretos, de una duración limitada. Si queremos que nos llamen la próxima vez, nuestros clientes deben tener nuestro nombre en la cabeza, nuestra marca personal. Debemos ser Artesanos o Artistas.
                Y más importante; la marca desaparece con el tiempo, por lo que hay que mantenerla viva.
                El artesano y el artista tienen la peculiaridad de que sus productos o servicios están impregnados por su personalidad, por su saber hacer, por su marca, por lo que no son tan fáciles de sustituir. La diferencia es que el artista no tiene en cuenta las necesidades del cliente, trabaja para sí mismo, mientras que el artesano debe satisfacerlas. Pero ambos son esclavos de la visibilidad, es decir necesitan que se conozca su trabajo o su producto para poder venderse.
                Igual que el cantero dejaba sus marcas en los sillares que fabricaba, debemos dejar nuestra marca en todos nuestros trabajos, hemos vuelto al Medievo.
                Lo mejor es que volvemos construir nuestra vocación, volvemos a ser dueños de nuestro destino, lo peor; la incertidumbre.  
 

 
 
 

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