Sin duda la sonrisa es un arma
fundamental en las relaciones interpersonales y más en una entrevista de
trabajo. Está claro que hay que utilizarla y añadir que hay muchos tipos de
sonrisa, casi como actitudes o pensamientos que estoy expresando.
Burlona, amigable, franca,
comprensiva, divertida, incluso miedosa, yo la utilizo como refuerzo y apoyo al
discurso tanto propio como de la otra persona.
La forma es muy sencilla, aunque
es cierto que se necesita práctica.
Primero debes encontrarte en una
situación de escucha activa total y empatizar con el entrevistador, y el
siguiente paso es intentar transmitir mediante tu comunicación no verbal (en
nuestro caso particular, la sonrisa) tanto sus sentimientos como los tuyos.
Esta comunicación no verbal a la
hora de entrenarla puede ser exagerada, para que tus músculos comprendan lo que
quieres de ellos, pero a la hora de comunicarte debe ser muy sutil, de lo
contrario caemos en la exageración y en el peligro de parecer tontos.
Para la mayoría de las personas
lo que he explicado es lo más fácil del mundo, ya que llevamos miles de años de
evolución haciéndolo. Por lo tanto no es problema hacerlo lo difícil es lo de
la empatía y la escucha activa.
En la entrevista de selección lo
más complicado es entrar con una actitud positiva, optimista, confiada y así tu
sonrisa y tu comunicación no verbal lo transmitirá.
Si no consigues esa actitud en un
principio comienza sonriendo y seguramente tu mente cambiará hacia el lado
positivo.
Como decía Seligman la conducta y
los pensamientos son interdependientes. Si no puedes cambiar los pensamientos,
cambia la conducta.
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